miércoles, 6 de mayo de 2015

No estudiar está de moda

Carta al director, producto de una tarea del área de Lengua en 3º de ESO, enviada al diario El País y publicada en su edición impresa y digital del 30 de abril de 2015. http://t.co/Y7GCP7nkND
Vivimos en una sociedad en la que muchos adolescentes reniegan de sus estudios. Esta es una realidad que se vive en las aulas de ESO a diario, tal como refleja un reciente estudio de la OCDE que afirma que el 23,5% de los adolescentes españoles abandona sus estudios antes de tiempo.
Tras compartir años de clase con muchos chicos y chicas que antes eran buenos estudiantes, he percibido que es una moda. Cada día veo el comportamiento de este tipo de alumnos (he de decir que la mayoría son varones): para ellos, entorpecer y ralentizar las clases es motivo de risa; burlarse de los profesores es divertido; entregar un examen en blanco, no hacer la tarea, no dejar de hablar en clase y suspender exámenes son muestras de lo guay que son.
Y todos actúan igual. Todos siguen la moda de “¿Para qué estudiar? Ahora es el momento de divertirse e ignorar cualquier obligación”.
En esta edad, para ser popular tienes que ser como la mayoría. Si el más popular es el que no estudia y no deja estudiar, se verá rodeado, arropado y animado por otros que quieran ser como él. Ahora se lleva no estudiar, es la moda.
Es la debilidad de carácter, la inseguridad y la presión de grupo las que llevan al adolescente a esta actitud. Porque, en el fondo, todos queremos ser populares.— 
Sara Oliva Borrero. 3º ESO B

lunes, 27 de abril de 2015

Poema "La vigilia"

La vigilia

La noche todo lo inunda, la lumbre
crepita, el viento calla, es incidente
el fulgor de la luna.

Le trastornaba el tácito silencio,
divagaba en vicisitudes ya pasadas.
La noche trae consigo nostalgias
y horada heridas ya cicatrizadas.

Las lágrimas con elegante pesar
caminaban por aquellas
cordilleras malvas.

¡Oh! musa, que melancolía te llamas,
eres la única que en
noches insomnes me acompañas.

Salvador Cabanillas Matito. 4º ESO

lunes, 26 de enero de 2015

Política y Educación

"El objetivo de la educación es la virtud y el deseo de convertirse en un buen ciudadano." (Platón)
Para Platón, un buen futuro se basaba en la educación y, por lo tanto, esta debería ser de calidad. La educación es la base y nuestra principal baza para alcanzar el conocimiento. La educación sería el largo y duro camino que va desde la cueva (metáfora de la ignorancia) hacia la superficie. Este camino requiere esfuerzo, constancia y la ambición necesaria para querer aprender y ser una persona más sabia. La gente que piensa que todo este esfuerzo no sirve para nada, que son ''tontos'' porque están malgastando el tiempo pensando siempre en el futuro en vez de aprovechar el presente, no se dan cuenta que los necios son ellos. Poder superar ese camino, esa cuesta empinada, esa dura escalada, nos sirve para pasar del mundo de la apariencia al mundo del conocimiento donde tú te puedes vale por ti mismo y pensar con la razón sin depender de la mera opinión de los demás. Realmente quien se ha esforzado por conocer ese mundo recibe una satisfacción personal enorme. Con todo esto quiero decir que la educación es la base de toda una sociedad. Pienso que cuanto más sabia y más conocimiento tenga la gente, más justa será la sociedad aunque no solo la justicia depende de una buena educación. El tema actual que más nos llama la atención es la política.

Actualmente vemos cómo cada día salen más informaciones negativas sobre nuestros políticos. Políticos que roban, que se van de viaje con nuestro dinero, que usan ''tarjetas opacas'', que son enchufados por ser hijos de o sobrinos de...y así numerosas noticias que perjudican su imagen. Y, sobre todo, muchos de ellos tuvieron malas notas o, peor aún, no tienen ni una carrera. Para Platón esto es impensable. Cómo un país puede tener en su Gobierno, que elegimos mediante sufragio universal, a personas ignorantes, personas que no han hecho ese esfuerzo por superar ese camino ascendente al conocimiento.
Lo peor de todo esto es que nadie se preocupa de tener un futuro para los jóvenes, de darles la educación necesaria para llegar a tener un porvenir próspero que no solo beneficia a ellos mismos, sino a todo un país. Tener políticos, jueces, médicos y todos ellos honrados e inteligentes... Todo un país depende de la educación que se les da a los jóvenes.
Año tras año vemos cómo cada partido presenta un sistema educativo y se van cambiando sin preocuparles otra cosa que llegar al poder. Por eso necesitamos un Gobierno que se preocupe de tener una educación sólida, completa y asequible para todos los ciudadanos. Deben parar de recortar en educación, ya que realmente será un problema para el mañana. La educación debe de estar por encima de todos los discursos y ambición de votos. Se debería dejar gobernar a los que saben, a personas que buscan el mejor sistema educativo, sin intereses personales y sin presión de nadie, solo preocupándose de la formación cultural de los ciudadanos.
En conclusión, hay que tener buenos políticos que se preocupen de una buena educación, ya que esta es la base principal de toda una sociedad para poder conseguir un futuro próspero para todo un país.
Ana Silva.
2º Bachillerato de Letras.

viernes, 30 de mayo de 2014

TEXTO NARRATIVO

REENCUENTRO
Sus ojos azul cielo se asomaban tímidos y pensativos sobre el filo de la taza de café que, poco a poco, se iban consumiendo mientras el vaho acariciaba lentamente sus párpados y el humo del cigarro, marcado con el carmín rojo que ya llevaba desgastado, jugaba a hacer sombras bajo la única lámpara que alumbraba el salón.
Aunque fuera de noche, podría saberse perfectamente que las nubes tapaban las estrellas. Las ventanas anunciaban que hoy no era el día más indicado para salir, ya que los tremendos azotes de la lluvia contra éstas avecinaban una noche un tanto desagradable.
 Bajo este musical nocturno, se encontraba Ana, que estaba sumergida en lo que le había pasado esa misma tarde:
<<Las ocho y media y Ana llega tarde, como de costumbre. Como vaya a ese ritmo, va a perderse la final de la Champions entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid. Aunque ella no sea muy aficionada al fútbol, le gustaba pasar un buen rato con sus amigos.
A pesar de que se está acercando la noche, el sol tiene un color precioso anaranjado y ya el calor se va apoderando de las calles. ¡Cómo le gusta que se vaya acercando el verano!
El bar donde había quedado, sólo está a la vuelta de la esquina y, por una vez, Ana va a llegar temprano.
Mientras camina escuchando a los pájaros cantar, nota cómo un viento se va levantando lentamente, sustituyendo al calor de la tarde.
Girando la esquina donde se encontraría el bar, se choca con una mirada que se clava en la suya.
Ana está boquiabierta porque no podía creerse que, después de tres años, él había vuelto a la ciudad.
Ana sigue pensando que podría haberle dado una explicación de su ida, en aquella lluviosa tarde de noviembre.
Dos besos muy secos y un “te veo muy bien.”
Ana no sabe qué decir, por lo que sólo hace escucharlo. A ella ya le daba igual llegar tarde o llegar temprano al partido. No era consciente de todo lo que lo echaba de menos hasta que él dijo que si le apetecía quedar a la mañana siguiente para contarle el porqué de su regreso mientras tomaban café y así poder recuperar el tiempo perdido.
De nuevo, dos besos muy secos y un “no llegues tarde, Ana, que nos conocemos.”
Una sonrisa de añoranza y un pensamiento mutuo: “Si es que no ha cambiado nada”>>

Y ahora, en la oscura soledad de la noche, jugaba triste con su mirada, que irrumpe en sus recuerdos.
¿Qué iba a hacer con él? No podía permitir que le dejara otra vez con el mismo dolor pero, ¿y si es verdad que había cambiado?
No dejaba de dar vueltas y recordar la cara de su padre cuando se lo encontró en aquella esquina.

Finalmente, decidió que la almohada, que había aguantado tantas lágrimas, decidiría por ella.

Rocío Guerrero Martínez 1º Bachillerato

lunes, 21 de abril de 2014

TEXTO NARRATIVO
Jack Colebre alzó la vista hacia el cielo que se cernía sobre él. Oscuro y frío. Oyó varios rugidos, que provenían de los alrededores del bosque y no quería ni imaginar a qué tipo de bestias pertenecían.
Decidió acercarse, atravesando la tupida masa de árboles, deslumbrado por un sol abrasador, que gobernaba desde el horizonte. Fue cruzando con cautela la frondosa masa verde, evitando ser descubierto para no convertirse en una de las víctimas de aquellas bestias. Los primeros árboles eran altos y muy verdes, pero a medida que se adentraba fueron pasando a ser roñosos y con multitud de ramificaciones que se asemejaban a pequeñas tuberías.
Jack, siguió andando por un sendero que encontró y que le hacía más cómodo el camino para escapar de las supuestas bestias que lanzaban enormes rugidos y que, poco a poco, fueron convirtiéndolo en un ser inmutable, casi inerte y muerto de miedo. Temía la embestida por parte de alguna de aquellas fieras sobre su menudo y flaco cuerpo, pero no sabía exactamente si los aullidos procedían de animales o provenían de un aquelarre donde se estaban matando animales para coger la sangre de sus sacrificios. Todo era producto de su imaginación. Jack estaba confuso: ¿Habría pellejos colgados de las lámparas?, ¿Habrían embrujado a algún mártir o beato como castigo?, ¿qué pasaba en el bosque?... Jack no lo sabía.
De repente, ¡zas! Un ruido hizo que enmudecieran los sonidos de tan frondoso bosque. Jack quedó aún más petrificado –si cabía-de lo que ya estaba. Aquél estruendo lo dejó inmóvil. ¿Qué ocurría ahora? –se preguntó-. ¿Un seísmo? ¿Qué estaba sucediendo en aquella vetusta “jungla” donde había sido feliz de niño escuchando a los mayores contar todo tipo de  leyendas fantásticas y extraordinarias sobre aquel lugar? Se sobresaltó y comenzó a zigzaguear con los pies de forma convulsa. Pasos torpes que iban provocando la pérdida de equilibrio de su cuerpo.
Y al final, cayó al suelo. Su boca fue a dar a un antiguo retrete lleno de excrementos. Aquello estaba lleno de roña, todo cubierto de mugre y bazofia.
— ¡Mierda! —exclamó—. ¿Cómo es posible estar en este lugar y encontrar un váter? —murmuró—. ¿En el bosque? ¿En mi bosque? ¿Un váter? ¡Qué cosas!
Se levantó rápidamente, se limpió –con asco- el rostro y continuó impávido e impasible por la senda que lo iba a conducir a desvelar tan oscuro secreto. Los rugidos, poco a poco, cedieron. Ya no los escuchaba con claridad. No sabía hacia dónde dirigirse. Estaba perdido.
Estaba cansado y aturdido. Sintió una sed descomunal y recordó que por los alrededores había un pequeño manantial donde de niño bebían. ¿Dónde estaría? No lo recordaba. La sed se volvía, por segundos, más intensa. No podía más. No aguantaré demasiado sin agua -pensó-. En ese momento, sonó un pi-pi-pi-pi. Era la malévola cantinela del despertador; el reloj que se hallaba en un pequeño sillón a los pies de la cama. El mismo que sonaba cada día. Aquel que su madre quitaba de la mesita de noche para obligarle a levantarse de la cama, evitando así que se volviese a enroscar y a dormirse de nuevo. Había llegado la hora. Jack tenía que abandonar la cama y comenzar. Habría reventado, como cada día, contra la pared, al maldito cacharro oxidado por el tiempo. Pero tampoco lo hizo hoy.
Era la hora del instituto: se levantó inquieto  y sobrevino el día; así comenzó su jornada  y sus deberes.

Lo que sucedió aquel día en el bosque Jack no lo supo nunca. ¿Fueron fieras? ¿Fue un aquelarre? ¿Era algún exorcismo? No lo supo él y no lo sabréis vosotros. Fue un sueño, nació de su imaginación y, a partir de este momento, de la vuestra. 
Sara Adame Montaner. 3º ESO.

viernes, 4 de abril de 2014

SURREALISMO

Sola.
Sola ante un mundo eterno,
sola ante la locura,
sola ante mi ser.

La orilla de la vida
que se acerca y que se aleja...
vacilante en la marea,
un barco a la deriva.

Miedo.
Miedo ante la vida,
miedo ante el recuerdo.

Un grito que no dura,
que se ahoga en el silencio,
que ve cómo mi alma
cae 
y se derrumba
y duerme.
Mercedes Gutiérrez Contreras 4º ESO